Avances en la lucha contra el cambio climático: nueva tecnología captura el CO2 de la atmósfera

El mundo se ha propuesto un objetivo global: limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, no es suficiente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También es determinante eliminar el dióxido de carbono (CO2) ya presente en la atmósfera.

Aunque el objetivo a largo plazo es alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, la fecha crucial es 2030. Para ese año, debemos haber reducido las emisiones globales de dióxido de carbono en un 50%. Para lograrlo, se han desarrollado nuevas tecnologías.

Capturar CO2 de la atmósfera

Dado que crear sistemas para capturar, transportar y almacenar CO2 de vehículos es complicado, una alternativa es capturar el CO2 directamente de la atmósfera. Esta estrategia se aplica cuando la captura en la fuente no es viable, como en el caso de los automóviles.

Las tecnologías de captura, almacenamiento y uso de CO2, conocidas como tecnologías CAUC, juegan un papel decisivo en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.

El primer paso en el proceso de captura es separar el CO2 de los gases con los que se mezcla. Una vez separado, debe ser transportado al lugar donde se almacenará o utilizará. Existen varias opciones para hacer la captura del C02. Las más utilizadas son las siguientes:

• Filtros y membranas.
• Solventes.
• Filtros domésticos.

La tecnología de Heirloom

Heirloom, una start-up innovadora, desarrolló una tecnología de captura directa de CO2 en el aire. Esta utiliza piedra caliza para eliminar de forma permanente el CO2 de la atmósfera.

La tecnología de Heirloom emplea energía renovable para calentar polvo mineral de piedra caliza en hornos de calcinación. Separa la piedra caliza en dos subproductos: CO2 y óxido de calcio (cal viva). El CO2 capturado se almacena de forma segura y permanente en pozos subterráneos o se utiliza en el entorno construido, como en el hormigón.

La tecnología desarrollada por Heirloom utiliza un proceso natural conocido como mineralización de carbono, donde los minerales absorben CO2 del aire. La piedra caliza está compuesta de óxido de calcio y CO2. Al eliminar el CO2, la piedra caliza se convierte en cal viva (óxido de calcio), que tiene una gran afinidad por el CO2 y actúa como una esponja que lo extrae del aire.

Esta tecnología acelera el proceso natural, reduciendo el tiempo necesario para absorber CO2 de años a tan solo tres días.

El óxido de calcio (CaO), un subproducto del proceso, puede ser reciclado. Gracias a sus propiedades químicas estables, la piedra caliza excedente puede utilizarse en la fabricación de papel, el tratamiento de aguas y la agricultura.

Un proyecto pionero en Islandia

En una formación de lava volcánica solidificada hace miles de años, a las afueras de Reikiavik, Islandia, se encuentra un innovador proyecto de captura de carbono. Este proyecto fue desarrollado por la compañía suiza Climeworks y es el primer sistema viable en el mundo diseñado para capturar CO2 del ambiente y almacenarlo debajo de la tierra.

La planta lleva el nombre de “Orca”. Se encuentra en Hellisheiði, Islandia, y actualmente retira 4,000 toneladas de CO2 al año. Esto equivale a las emisiones de 900 autos de gasolina.

Lo que parecen ser aires acondicionados son en realidad ventiladores organizados en pilas, que toman aire del ambiente y capturan el CO2 a través de filtros. El CO2 capturado por los ventiladores se mezcla con agua y se envía a través de tubos a domos operados por CarbFix.

En estos domos, el CO2 se inyecta bajo presión a 2 km bajo tierra. Allí reacciona con los basaltos y se calcifica, quedando atrapado por millones de años. Este proceso transforma el gas a un estado sólido, llenando los espacios de las rocas porosas.

El siguiente proyecto de Climeworks, denominado Mammoth, es casi diez veces más grande que Orca. Este ambicioso plan busca aumentar significativamente la capacidad de captura de CO2 en los próximos años.

La captura de aire

Estos sistemas de captura directa de aire representan una alternativa prometedora para reducir las emisiones de CO2 y limitar el calentamiento global. A diferencia de otras tecnologías de captura de carbono, que se centran en la reducción de las emisiones en fuentes puntuales como las centrales térmicas o las industrias, la captura directa de aire permite eliminar el CO2 de la atmósfera en cualquier lugar, lo que la convierte en una herramienta versátil y escalable para combatir el cambio climático.

Además, la captura directa de aire también ofrece la posibilidad de reutilizar el CO2 capturado para la producción de combustibles sintéticos, materiales de construcción o incluso alimentos. De esta manera, se abre la puerta a una economía circular en la que el carbono se convierte en un recurso valioso en lugar de un contaminante.

Un elevado costo

Uno de los principales desafíos de la captura directa de aire es su alto costo, debido a la tecnología y los materiales necesarios para llevar a cabo el proceso de captura y almacenamiento de CO2. Sin embargo, en los últimos años se han producido avances significativos en la investigación y desarrollo de estas tecnologías, lo que ha permitido reducir los costos y mejorar la eficiencia de los sistemas de captura directa de aire.

En este sentido, empresas e instituciones de todo el mundo están invirtiendo en la implementación de proyectos piloto de captura directa de aire, con el objetivo de demostrar la viabilidad y el potencial de esta tecnología para mitigar el cambio climático.

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